Maligno maldito, en esquinas acechando,
Es como una fiera encorralada, deseando
Que la victima se descuide, para el ataque cruel,
En su dissimulación, la criatura que nos es fiel.
Es una bestia sin escrúpulos, fiero animal,
Que en nada ve el bien, y perpetúa todo el mal,
En los jovenes indefensos, que de nada desconfían
Por creer en el hombre, en que todo confían.
Castrar estos predadores, es muy poco,
En una sociedad que debe proteger a sus hijos;
Que se les arranque la voz y el grito ronco.
Pobres niños indefensos, algnos de meses,
Sentados en la falda de esta gentuza, sin corpiños,
desnudos, unos y otros, como gemelos siameses.
Jorge Humberto
Es como una fiera encorralada, deseando
Que la victima se descuide, para el ataque cruel,
En su dissimulación, la criatura que nos es fiel.
Es una bestia sin escrúpulos, fiero animal,
Que en nada ve el bien, y perpetúa todo el mal,
En los jovenes indefensos, que de nada desconfían
Por creer en el hombre, en que todo confían.
Castrar estos predadores, es muy poco,
En una sociedad que debe proteger a sus hijos;
Que se les arranque la voz y el grito ronco.
Pobres niños indefensos, algnos de meses,
Sentados en la falda de esta gentuza, sin corpiños,
desnudos, unos y otros, como gemelos siameses.
Jorge Humberto