La vida es un tropel
de horas y sueños frustrados,
la distancia que media
entre
un abismo y otro,
un viaje hecho a la fuerza
en la agonía del aire,
un huracán
de lava,
de tiempo,
de minutos
que desemboca en la nada.
La vida es una lotería
sin premio,
sin bombo,
sin suerte,
en la que siempre toca:
la muerte,
esa especie de feria en la penumbra
que te ahoga en los vaivenes de su noria.