¡Tú aquí no estás, no estás, no estás!
Tu perfume paira en el aire... me llama...
¡Siento frío amor mío, que frío... que frío!
Mi boca tu beso desea y clama.
Noche larga para los dos, tú ahí, yo aquí,
Nostálgicos, ansiosos, encendidos... los dos...
Tu rostro no sale de mi mente, provoca...
Tu voz repite mi nombre antes y después...
Ah esos mundos nuestros, el tuyo y el mío,
Separados por kilómetros crueles, impuestos,
Hoy quería tanto tu regazo, esa voz suave...
Pero el destino nos condenó a mundos opuestos...
¡Tú no estás aquí, no estás, no estás!...
¿Hasta cuándo vamos a soportar, ángel mío?...
La esperanza se nos huye, escapa día a día...
Pero nuestro amor sigue en su apogeo...
Guardando en el pecho ese ingrato secreto,
Ese gigantesco y sublime sentimiento...
Sólo nosotros creemos que es posible esconder...
¡Toda la pasión que nos toma, que va al pecho!
¡Basta amor querido... basta mi vida!...
¡Llegó la hora, que se acabe el sufrimiento!
Juzgados y condenados fuimos y ya pagamos,
¡Nosotros nos amamos sí! -¡se acabo el secreto!