Recuerdo, de mi infancia, que ya era adulto
Antes de ser criatura. Fascinado me veía,
Con el que el mundo me daba a ver – indulto
De la naturaleza que, presente, nada escondía.
Recuerdo aún, si la memoria no me traiciona,
Que me sentía el defensor del mas flaco –
No cabe aquí la demérita y astuta loa,
Cuando venían hasta mi víctimas de maltrato.
Muchas luchas traté para defender lo inerme,
Mas aquí la nada ni a ninguno debe,
Si la escogida se hizo con la propia epidermis.
Hoy sigo con las mismas convicciones,
Argonauta de la estratósfera, que nada teme,
Porque no entra en dobles contradicciones.
Jorge Humberto