Una rosa que se marcha,
que arranca sus raíces de cuajo,
que olvida el sabor de la tierra donde ha nacido,
ha perdido el valor de la memoria.
Una rosa huida es valiente y hermosa
si no ignora que el agua del suelo le daba la vida,
y que una maleta y dos pies andando
ponen el cronómetro de la muerte a bailar su tango,
pues la savia de su historia rociando,
pinta el camino con sus líquidos guijarros.
Una rosa caminando se muere andando,
se marchita uno tras otro con sus pasos,
deja el aroma como la estela de lo navegado.
Una rosa que se escapa no estaba contenta
en el suelo donde hallaba su reposo,
y pide a la vida el consuelo de su pena;
llega un segundo distinto a los otros
que la rosa no resiste la presión del viento ronco,
entonces las manecillas saltan como muelles
y se descompone la rotación del tic-tac que parecía un tesoro....
Una rosa que huye no soporta ser vertical como otras flores que crecen,
se resiste a ese quietismo militar
que le disfraza de soldado en tiempo de guardia.
Una rosa andando rompe con todo,
y sucede que no hay vuelta ni regreso
para quien encuentra el horizonte más hermoso.
de Guillermo.....