Paseaba yo mucho descansado cuando
Vi que, en el paseo, una mujer lloraba.
Le pregunté, porque, de tal desengaño,
En cuanto una palabra así balbuceaba:
Mi marido me usó con otra, cismando,
Me llevó hijos, dejándome engañada,
Con parca rienda, que, aquí, voy usando,
Para no morir solitaria ni esfumada.
Le pasé las manos, por el cabello, revuelto,
Y le dije: de la nada, tus hijos surgirán,
Y verás el mas pequeño en El mayor envoltorio.
Por eso mujer, para de llorar, que ya fue,
Hace un sueño mayor, para la generación tuya,
Lo que ahora te quema mas tarde no dolió.
Jorge Humberto
Vi que, en el paseo, una mujer lloraba.
Le pregunté, porque, de tal desengaño,
En cuanto una palabra así balbuceaba:
Mi marido me usó con otra, cismando,
Me llevó hijos, dejándome engañada,
Con parca rienda, que, aquí, voy usando,
Para no morir solitaria ni esfumada.
Le pasé las manos, por el cabello, revuelto,
Y le dije: de la nada, tus hijos surgirán,
Y verás el mas pequeño en El mayor envoltorio.
Por eso mujer, para de llorar, que ya fue,
Hace un sueño mayor, para la generación tuya,
Lo que ahora te quema mas tarde no dolió.
Jorge Humberto